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La Embajada de Colombia ante la Santa Sede conmemoró la Fiesta de Santa Laura Montoya

Foto: Confederación Latinoamericana de Religiosos - CLAR

 

Ciudad del Vaticano (oct. 21/19). Con ocasión de la Fiesta de Santa Laura Montoya, la Embajada de Colombia ante la Santa Sede ofreció una solemne eucaristía en la Iglesia Santa María in Transpontina, presidida por Monseñor Oscar Urbina Ortega, Presidente de la Conferencia Episcopal, y concelebrada por 46 arzobispos, obispos, sacerdotes colombianos y de diferentes nacionalidades, algunos de ellos presentes en Roma como participantes del Sínodo de la Amazonía.

En la eucaristía estuvieron presentes las religiosas de la congregación fundada por Santa Laura Montoya ‘Misioneras de María Inmaculada y Santa Catalina de Siena’, así como religiosos y religiosas de otras órdenes y la colonia de ciudadanos colombianos residentes en Italia.

Acerca de la Santa Laura Montoya

Santa Laura Montoya nació el 26 de mayo de 1874, en Jericó (Antioquia), y tuvo una niñez muy difícil por su condición de orfandad. Estudio en la Normal Antioqueña de Medellín, fue profesora en distintos colegios y Directora del Colegio la Inmaculada de Medellín. En 1907 fue nombrada oficialmente como maestra en la pequeña población de Marinilla, a pocos kilómetros de Medellín y estando en esa población tuvo un encuentro místico con el Santísimo que le cambió el rumbo de su vida y la llevó a "catequizar" personalmente a los indios. 

Concibió una comunidad diferente, fuera de los modelos existentes, liderada por mujeres y llevada a cabo en lugares selváticos e incomunicados. Fue de esta manera que en 1914 junto con un grupo de catequistas que la acompañaban a las misiones fundó la Congregación de Misioneras de María Inmaculada y Santa Catalina de Siena.

A partir de entonces se dedicó a establecer con las hermanas misioneras centros cercanos a las comunidades indígenas y de afrodescendientes. Vivió, compartió y trató de pensar como ellos, se dejó guiar por el amor, sin imponer la fuerza sino convencer a través del testimonio, con la vida misma de pobreza, humildad, sencillez, bondad y amor.

Falleció en Medellín el 21 de octubre de 1949.  Al morir, su congregación tenía 467 religiosas y 93 novicias. Ayudó a fundar 122 casas, en donde se trabajaba con 22 tribus en tres países: Colombia, Venezuela y Ecuador.  En la actualidad las Misioneras trabajan en 19 países distribuidas en América, África y Europa.

Su proceso de Beatificación fue abierto el 4 de julio de 1963, fue Beatificada el 25 de abril de 2004 por Su Santidad el Papa Juan Pablo II y Canonizada el 12 de mayo de 2013 por Su Santidad el Papa Francisco.