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La Embajada de Colombia ante la Santa Sede participó en un encuentro de reflexión sobre el diálogo religioso

 

El Vaticano (nov. 15/19). El Embajador de Colombia ante la Santa Sede, Jorge Mario Eastman, participó en el evento “Reflexiones a partir de la Declaración sobre Fraternidad Humana para la paz mundial y la convivencia común”, firmada por el Santo Padre Francisco y el Gran Imán de Al-Azhar Ahmad Al-Tayyeb, el 4 de febrero de 2019 en Abu Dhabi.

El encuentro, que tuvo lugar en la Curia General de los Jesuitas, fue organizado por la Embajada Argentina ante la Santa Sede, con el patrocinio del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso y en colaboración con el Instituto de Diálogo Interreligioso de Argentina.

La jornada contó con la participación de los presidentes del Instituto del Diálogo Interreligioso de Argentina:  Sheikh Omar Abboud, el Rabino Daniel Goldman y el 
Padre Guillermo Marcó, así como de otros líderes religiosos, como Swamini Hamsananda Ghiri - Vicepresidente de la Unión Hinduista Italiana, Yassine Lafram - Presidente de la Unión de la Comunidad Islámica de Italia, Rev. Katsutoshi Mizumo, Rissho Kosei-kai de Roma, Abdellah Redouane - Secretario General del Centro Islámico Cultural de Italia, Harvinder Singh - Sikhi Sewa Society y el Rev. Sesihin Viviani - Vice presidente de la Unión Budista Italiana.

Las conclusiones del evento estuvieron a cargo del Dr. Adalberto Rodríguez Giavarini, Presidente del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales, y se contó con una declaración final de Su Eminencia Reverendísima Cardenal Pietro Parolin - Secretario de Estado de la Santa Sede.

El Embajador Eastman manifestó durante su intervención la importancia que representa la labor que está realizando Su Santidad en favor del diálogo interreligioso, la paz y la justicia social y en particular el llamado del Documento sobre la Fraternidad Humana, que promueve la cultura del diálogo como camino, la colaboración común como conducta y el conocimiento recíproco como método y criterio.

Adicionalmente instó a los gobiernos a seguir el modelo desarrollado en las labores de los sínodos, de caminar juntos y libremente, corresponsables del destino de nuestra casa común y lograr de esta manera un futuro más feliz, que es el destino de la moralidad religiosa.